domingo, 19 de julio de 2015

Mojigata extrovertida (segunda parte)

Continuación...

Lamento no haber escrito antes, mi semana ha sido una locura.
En fin, ¿en qué me quedé? Ah sí... en que me tomó de la mano.

¡Error! A mi edad, la inocencia cae en pedejez. (Todos me dijeron que no se da la mano si no vas a querer nada con esa persona, que es abrirle la puerta, yo no lo vi así en ese momento y tampoco la quise quitar después porque no era mi intención ser grosera).
         Me habló de sus experiencias sexuales, de tríos y cosas que no me escandalizan, no me extrañan, pero tampoco me emocionan. Yo le hablé un poco de mis malísimas experiencias en el amor y justo después de eso dijo las palabras clave: "yo no busco una relación, ¿quién quiere una" (Ahí debí haberme ido, no es que yo buscara una con él, pero era obvio, para ese momento, lo que pretendía. Bueno, no me di cuenta de eso hasta después).
         La hora llegó, se tenía que ir. Me preguntó si quería algo más, un postre, un café (no sé si por atención o como paga por la compañía). Salimos del restaurante, para ese entonces ya me sentía totalmente fuera de lugar en todos los sentidos, el vino había hecho su efecto y yo estaba ridículamente emotiva y perdida.
           Se preocupó por cómo me iría (eso me hizo sentir bien), le dije que caminando, así que se ofreció a llevarme, pidió un taxi. Le dije que no, que se le haría tarde para sus entrevistas, obviamente él insistió (segundo error ¿o tercero o cuarto? no sé en qué error voy ya). Nos subimos, me tomó la mano y dije: "está bien, es sólo la mano". Puso su cabeza sobre mi hombro y volví a decir: "está bien, es sólo eso". Bueno, lo que siguió fue un beso (lo sé, se veía venir, pero yo no lo vi, no en ese instante, no en mi estado). No respondí, no sé qué pasó, todo se nubló más. Me quité. Me volvió a besar, me volví a quitar. --¿Tan mal beso?-- preguntó. No quise herir su ego de macho y dije que no, que simplemente era muy rápido. Y sí, hasta cierto punto eso era cierto.
          Llegamos al metro, me bajé, le di un abrazo, me pidió que le avisara cuando llegara a mi casa. No sabía exactamente en dónde estaba debido a mi estado (juro que sólo fue una copa). A lo lejos escuché que me pitaban, cuando volteé era él y el taxista haciéndome señas sobre hacia dónde debía caminar para llegar al metro, sólo asentí con la cabeza, aún confundida. El taxi se fue.
          Claramente mi confusión no era solamente por el alcohol, sino por todo. Recuerdo que mientras caminaba lo único que me preguntaba era ¿qué había pasado? Cuando por fin estuve en mi casa le reporté mi llegada.  Me preguntó si me había espantado,  dijo cosas como que estaba en mis 20 y que era el momento para darle "vuelo a la hilacha" y yo pensé, claro que sí, pero no contigo. Me volví a echar la culpa para no lastimar susceptibilidades y dije: "soy niña de rancho, conmigo es con paciencia". --Va a pasar tiempo para que nos volvamos a ver-- dijo. A lo que respondí "sorprendida" ¿Ah sí? (la verdad es que era justo lo que quería escuchar, me ahorró el decirle que no quería volver a salir con él, no así). Puso una serie de excusas del porqué no nos veríamos pronto (en lugar de simplemente decir: no te quiero ver, no invertiré tiempo en ti para acostarnos). Admito que fue bastante diplomático, me sentí aliviada.

Ésta es mi conclusión con base en lo vivido los últimos 25 años y específicamente en esta salida.
1. La madurez y la edad no tienen ninguna correlación.
2. Me dan flojera los hombres con cabezas llenas y todo lo demás vacío.
3. Los hombres "interesantes" no son lo que creía.
4. Hizo que me decepcionara de mi revista favorita (por todo lo que me contó sobre la administración y la forma en la que tratan a los trabajadores).
5. Mi grado de inocencia cae en pendejez (eso ya lo había dicho).
6. Se agrega una categoría más a los hombres de mi vida: gays, patanes y ahora "los que sólo se quieren acostar conmigo".
7. ¿En serio tengo cara de acostón? Es decir, no tengo nada en contra de ellos, pero definitivamente no es lo que busco en este momento.
8. Necesito aprender a decir que no (antes de que me lastimen) y a reconocer en cuanto un hombre lo único que busque es llevarme a la cama.
9. Me cagan los hombres presumidos que subestiman a las mujeres, que se creen demasiado e intentan impresionarte con su trabajo y el dinero. (A mí qué me importa si sus amigos son de Forbes).
10. Cuando no hay conexión, no hay conexión y un beso se puede convertir en lo peor que te haya pasado.
11. Con y por tipos como él, sí prefiero seguir siendo una "mojigata" de libre pensamiento.

Sin embargo, hubo algo que rescato de todo ese día: pude ver mi revista antes que nadie y aún en edición, tanto la de julio como la de agosto. Fue lo más emocionante de mi día.

Por cierto, la revista de agosto estará dedicada a Freud.

Pd.Ya puedo tachar de mi lista el "salir con el director editorial de mi revista favorita". Ok, esa categoría no existía, pero ahora la pondré sólo para tacharla.



No hay comentarios:

Publicar un comentario