martes, 10 de marzo de 2015

Sin título

En un mundo paralelo, yo estoy contigo y tú conmigo, sin promesas, ni juramentos. Estamos porque queremos estar, sin ninguna otra complicación o compromiso.
En un mundo paralelo, las voces de tu mente no son calladas por besos, sino por esperanzas. Por un deseo sólido que nos mantiene de pie y dispuestos a seguir.
En un mundo paralelo, no existen víctimas, ni victimarios, porque los dos somos culpables de los hechos sinceros. Y en ese mismo mundo no me rechazarías, tomarías mis palabras y las convertirías en aves que vuelan libres, sin miedos, ni ataduras.
Esto de reprimir lo que quiero decir es tan complicado. Convertir los "me gustas" en cómo has estado y los besos en "¿qué harás hoy?".
Tengo miedo que el sentir se escape esperando tu respuesta.

---Un borrador más que tampoco quise publicar y que al igual que al anterior fue escrito desde enero, quedó inconcluso y no tiene caso dejarlo guardado.

Borradores

Hoy tenía ganas de escribir, qué, no sé. Hablar sobre ti, sobre mí, sobre nosotros, ¿existe un nosotros? En fin, supongo que puedo dejar que las palabras me lleven como suelo hacerlo (aunque eso puede ser peligroso), casi como una especie de escritura automática.
Con qué facilidad se pueden borrar las palabras aquí. Extraño mi diario, necesito comprar uno ya, esto de escribir en servilletas no es bueno. Escribir para mí es un íntimo encuentro entre la pluma, el papel y yo, ahí no se puede borrar, sólo tachar, dejando así el recuerdo de que algo estuvo escrito. Así es la vida no? Un continuo tache que por suerte o desgracia no se borra, se queda ahí, listo para gritar la cagaste, ¡la cagaste! Pero si lo pienso, es mucho más interesante leer algo que intentó ser borrado, me llena de curiosidad traer a mi mente el momento en el que lo quise quitar y entonces pienso y pienso e intento descifrar qué decía la palabra ahora rayoneada. A veces le atino, a veces sólo le doy vuelta a la página.
Por qué digo todo esto? No lo sé. Justo ahora hay una página en blanco. Debo decir que siempre me han dado miedo, es decir, enfrentarme a ese momento en el que tengo que escribir la primera palabra es bastante conflictivo. Para empezar saber qué género es el que voy a escribir, en teoría debería saberlo antes de comenzar, pero eso lo sé más bien ya que lo terminé. Cómo nos complicamos la vida, cómo me complico la vida, en lo personal no lo hago a propósito, sólo me sale, aunque creo que ya forma parte de mí y que sin esas complicaciones sería aburrido.  Me encanta dar mil vueltas, para siempre regresar a mi punto de inicio.
Hacía tanto que no me aventaba al vacío, me siento flotando dentro de esa hoja sin nada que me detenga realmente. Eso es bueno o malo? Quién dice qué es bueno y qué es malo? El corazón? Vaya estupidez! El cerebro?, la mente?, el cuerpo?, quién?, qué? Ausencia, esencia, presencia, dualidad, paradoja. Qué es eso que te da la seguridad de seguir?  Eso que te hace saber qué sí y qué no. El amor en todas sus facetas es una completa locura.

---Lo sé no dije nada, sólo un montón de frases sin sentido. Esto es sólo un borrador que se había quedado guardado e inconcluso en enero y nunca publiqué y que supongo que ahora ya no tiene caso seguir dejándolo en "borrador".

domingo, 1 de marzo de 2015

Feliz cumpleaños

En este momento no sé nada, todo de lo que estaba segura se fue. Estoy intentando vivir al día, sin preocuparme por lo que mañana pueda pasar, como si quisiera esperar lo inesperado, pero sé que no es así, sé que miento, me miento (incluso ahora estoy escribiendo sin ver el teclado, ni siquiera la pantalla, como si de esa forma me resultara una sorpresa  ver lo que escribí, como si lo hubiera escrito otro). Tengo tantas preguntas y ninguna respuesta cierta. ¿Qué es el amor?, ¿qué es la amistad?, ¿quién carajos soy?, parezco una estúpida adolescente existencialista de 17 años que empieza a explorar la vida.
 Hablaría del amor, pero... qué sentido tiene hablar de un tema que no conozco. Podría decir todas las ideas que tengo, pero estoy cansada de escribir sobre ideales. A quién le importan las ideas, en este lugar en que al parecer sólo importa lo tangible. Sin embargo, esto es una contradicción total cuando encontramos que vivimos en un mundo de frivolidades en el que se dice lo que no se siente y lo que verdaderamente se siente se calla. ¿Por qué? porque decir lo que sientes te vuelve vulnerable, presa del otro. Muy pocos saben qué hacer con los sentimientos del que está fuera de él. Así que no, sobre el amor guardaré silencio.
La amistad es diferente, de ella sí puedo hablar, aunque tampoco tengo buenas experiencias. Lo sé, exijo, exijo demasiado, tal vez porque siempre busco que den lo que doy, reciprocidad, punto. No es que yo sea perfecta, sólo busco a alguien que esté ahí incondicionalmente, que no me juzgue y sea capaz de escucharme en todo momento. Que me busque y que busque. ¿Para qué alguien a quien a pesar de que buscas nunca encuentras? Lo siento, quizá estoy sensible y eso es todo.
He dejado a tantas personas en mi camino, las he dejado conscientemente, con una total tranquilidad y no es que no me doliera, simplemente cuando tomo una decisión es definitiva (aunque no entiendo por qué ha habido personas a las que siempre vuelvo, ése es otro tema). Quizá por eso soy tan indecisa.
Debemos cerrar ciclos, realmente es uno de mis postulados de vida, pero... debo aceptar que no siempre lo he hecho, específicamente se me viene uno a la mente. Tal vez la tengo en mente porque justo hoy es su cumpleaños. Hace un año le regalé un disco y le escribí cosas como: "te quiero" y "eres mi mejor amiga", paradójicamente, unas semanas después, prácticamente dejamos de hablarnos, hasta que nos perdimos en el silencio. Soy una mujer que le gusta enfrentar, pero con ella fue diferente. Es una historia larga y con bastantes detalles que no tiene caso abordar, el punto es cómo una "gran amistad" se puede ir diluyendo en el tiempo, en general, cómo una relación se puede desgastar a tal punto que lo único que quedan son recuerdos y palabras no dichas.
Es posible que toda la primera parte haya sido un pretexto para terminar hablando de ti y de nuestra amistad que en teoría duraría toda la vida, pero que no fue capaz de soportar una pequeña adversidad. Es absurdo decir que incluso ahora me imagino llamándote y contándote todo lo que me ha pasado, ¿qué me dirías? Qué más da. Nos hemos perdido.

Sólo resta decir: Feliz cumpleaños.