domingo, 9 de agosto de 2015

Musicómetro

No he dejado de escuchar una canción. Es una de esas canciones que cada vez que suena, hace que lleguen a tu mente los mismos recuerdos y al mismo tiempo ninguno. Como si la música pudiera callar las voces de mi cabeza y las letras llenar los vacíos. 
  Siempre me ha gustado pensar que la vida tiene su propio soundtrack y que cada canción es especial. Es por ello que hay que tener mucho cuidado en las canciones que dedicamos y a quién se las dedicamos, porque eso determinará la emoción que se tendrá al momento de escucharlas. Es horrible cuando "echas a perder" una canción, porque cuando la quieres volver a poner  todo sale mal y terminas quitándola. Por suerte la que he estado escuchando no la dediqué, no hubo tiempo, aunque honestamente no sé si eso sea peor. 
   La música me mide, a través de ella las personas que me conocen saben qué tan alegre o deprimida estoy, así que cuando mi día está en silencio, no es buena señal. También debo decir que para mí, la música es mi mejor terapeuta, la que siempre me ha sacado de todas mis tristezas (suelo tener la canción perfecta para el momento que estoy viviendo). 
   No sé por qué estoy hablando de la música, es decir, para mí es muy importante, pero ésta no era mi intención. Supongo que es porque estoy cansada de escribir sobre personas que me han lastimado (o porque ya no sé ni qué escribir sobre ellas), quizá sea hora de hablar sobre aquéllos que han hecho cosas lindas por mí y que por motivos que desconozco yo no los quise. En fin, eso es tema de una próxima entrada, por ahora sólo diré... no, ya no diré nada. Hoy habrá silencio, pero seguro mañana vuelvo a cantar. 

https://www.youtube.com/watch?v=PQlG1gznMBE

domingo, 19 de julio de 2015

Mojigata extrovertida (segunda parte)

Continuación...

Lamento no haber escrito antes, mi semana ha sido una locura.
En fin, ¿en qué me quedé? Ah sí... en que me tomó de la mano.

¡Error! A mi edad, la inocencia cae en pedejez. (Todos me dijeron que no se da la mano si no vas a querer nada con esa persona, que es abrirle la puerta, yo no lo vi así en ese momento y tampoco la quise quitar después porque no era mi intención ser grosera).
         Me habló de sus experiencias sexuales, de tríos y cosas que no me escandalizan, no me extrañan, pero tampoco me emocionan. Yo le hablé un poco de mis malísimas experiencias en el amor y justo después de eso dijo las palabras clave: "yo no busco una relación, ¿quién quiere una" (Ahí debí haberme ido, no es que yo buscara una con él, pero era obvio, para ese momento, lo que pretendía. Bueno, no me di cuenta de eso hasta después).
         La hora llegó, se tenía que ir. Me preguntó si quería algo más, un postre, un café (no sé si por atención o como paga por la compañía). Salimos del restaurante, para ese entonces ya me sentía totalmente fuera de lugar en todos los sentidos, el vino había hecho su efecto y yo estaba ridículamente emotiva y perdida.
           Se preocupó por cómo me iría (eso me hizo sentir bien), le dije que caminando, así que se ofreció a llevarme, pidió un taxi. Le dije que no, que se le haría tarde para sus entrevistas, obviamente él insistió (segundo error ¿o tercero o cuarto? no sé en qué error voy ya). Nos subimos, me tomó la mano y dije: "está bien, es sólo la mano". Puso su cabeza sobre mi hombro y volví a decir: "está bien, es sólo eso". Bueno, lo que siguió fue un beso (lo sé, se veía venir, pero yo no lo vi, no en ese instante, no en mi estado). No respondí, no sé qué pasó, todo se nubló más. Me quité. Me volvió a besar, me volví a quitar. --¿Tan mal beso?-- preguntó. No quise herir su ego de macho y dije que no, que simplemente era muy rápido. Y sí, hasta cierto punto eso era cierto.
          Llegamos al metro, me bajé, le di un abrazo, me pidió que le avisara cuando llegara a mi casa. No sabía exactamente en dónde estaba debido a mi estado (juro que sólo fue una copa). A lo lejos escuché que me pitaban, cuando volteé era él y el taxista haciéndome señas sobre hacia dónde debía caminar para llegar al metro, sólo asentí con la cabeza, aún confundida. El taxi se fue.
          Claramente mi confusión no era solamente por el alcohol, sino por todo. Recuerdo que mientras caminaba lo único que me preguntaba era ¿qué había pasado? Cuando por fin estuve en mi casa le reporté mi llegada.  Me preguntó si me había espantado,  dijo cosas como que estaba en mis 20 y que era el momento para darle "vuelo a la hilacha" y yo pensé, claro que sí, pero no contigo. Me volví a echar la culpa para no lastimar susceptibilidades y dije: "soy niña de rancho, conmigo es con paciencia". --Va a pasar tiempo para que nos volvamos a ver-- dijo. A lo que respondí "sorprendida" ¿Ah sí? (la verdad es que era justo lo que quería escuchar, me ahorró el decirle que no quería volver a salir con él, no así). Puso una serie de excusas del porqué no nos veríamos pronto (en lugar de simplemente decir: no te quiero ver, no invertiré tiempo en ti para acostarnos). Admito que fue bastante diplomático, me sentí aliviada.

Ésta es mi conclusión con base en lo vivido los últimos 25 años y específicamente en esta salida.
1. La madurez y la edad no tienen ninguna correlación.
2. Me dan flojera los hombres con cabezas llenas y todo lo demás vacío.
3. Los hombres "interesantes" no son lo que creía.
4. Hizo que me decepcionara de mi revista favorita (por todo lo que me contó sobre la administración y la forma en la que tratan a los trabajadores).
5. Mi grado de inocencia cae en pendejez (eso ya lo había dicho).
6. Se agrega una categoría más a los hombres de mi vida: gays, patanes y ahora "los que sólo se quieren acostar conmigo".
7. ¿En serio tengo cara de acostón? Es decir, no tengo nada en contra de ellos, pero definitivamente no es lo que busco en este momento.
8. Necesito aprender a decir que no (antes de que me lastimen) y a reconocer en cuanto un hombre lo único que busque es llevarme a la cama.
9. Me cagan los hombres presumidos que subestiman a las mujeres, que se creen demasiado e intentan impresionarte con su trabajo y el dinero. (A mí qué me importa si sus amigos son de Forbes).
10. Cuando no hay conexión, no hay conexión y un beso se puede convertir en lo peor que te haya pasado.
11. Con y por tipos como él, sí prefiero seguir siendo una "mojigata" de libre pensamiento.

Sin embargo, hubo algo que rescato de todo ese día: pude ver mi revista antes que nadie y aún en edición, tanto la de julio como la de agosto. Fue lo más emocionante de mi día.

Por cierto, la revista de agosto estará dedicada a Freud.

Pd.Ya puedo tachar de mi lista el "salir con el director editorial de mi revista favorita". Ok, esa categoría no existía, pero ahora la pondré sólo para tacharla.



miércoles, 8 de julio de 2015

Mojigata extrovertida

No estaba muy segura de escribir, es decir, he escrito y mucho, pero en mi diario, ahí donde las palabras y las lecturas sólo son mías. Supongo que ya era hora de traspasar de ese espacio personal a lo público  (lo siento, mi tesis está haciendo estragos en mi mente y escritura). Todo ha sido una locura, como siempre, tal vez, la diferencia es el tipo de locura. Por fin cumplí 25 y con ellos una avalancha de emociones y experiencias nuevas. Por un lado mis amigas diciéndome que ya es hora de atreverme y por el otro mi cabeza diciendo: ¿a quién quieres engañar?,  ¿atreverte a qué?,  si siempre has sido una mojigata extrovertida.
Y supongo que hasta cierto punto es cierto, quizá por eso esta vez dije que sí. (Aclaro que lo que escribiré es a petición de una de mis amigas que me pidió dejar constancia de mis "aventuras").
Me invitaron a salir y por primera vez en mi vida dije que sí, no lo pensé (si lo hubiera hecho, no habría aceptado). Todo fue muy rápido, supongo que acepté por tratarse de la persona que me estaba invitando, persona que no conocía físicamente, sólo su trabajo y lo que tuiteaba.
Un día, de la nada me dijo: "tengo tiempo de escuchar tus historias de viva voz antes del martes porque me van a operar". Yo con toda la seguridad del mundo (seguridad que no suelo tener para este tipo de cosas) dije que aceptaba, que yo podía el jueves o el sábado. Elegimos el jueves. Después me canceló por una junta editorial que había olvidado. Luego me invitó a comer el viernes, también me canceló porque un amigo necesitaba asesoría. Finalmente quedamos el sábado, 11 am en la Condesa. Él me preguntó que qué se me antojaba hacer un sábado por la mañana, (lo cual le dio varios puntos a su favor, ya que no era como el típico hombre que lo primero que te invita es una cerveza (no sé si por falta de creatividad o por costumbre)) a lo que contesté nuevamente con una seguridad fingida: "una nieve y una buena plática estarán perfectas". Aceptó.
Luego de que el plan quedó listo le conté a una de mis amigas y le dije que no lo conocía, me dijo:"¡¡Por dios Everth!! ¡¡Yo pensé que sí lo conocías!! Busca su foto, es conocido" (Debo aclarar que ella fue la especie de Celestina que ayudó para que el encuentro se diera). Para ese momento mi segunda pregunta me daba aún más miedo: ¿Cuántos años tiene?
--¡¡No sabes su edad!!??
--No
--¡¡Ay Everth!! Va a cumplir 40.
Obvio entré en pánico, no tengo complejos de Edipo, ni Electra, ni nada de eso, no estoy buscando al padre que no tuve, pero ni hablar, ya había dado mi palabra y continué con el plan.
No haré el cuento largo, al punto. Nos vimos, fue totalmente extraño y un poco incómodo. Comimos nieve, hablamos cosas superficiales sobre nuestras vidas profesionales. Me desilusionó del lugar donde trabaja (ahora veo muy distinto todo, al final entenderán de lo que hablo). Caminamos, fuimos al Fondo de Cultura, me preguntó que si no quería alguno (¿me quiso comprar con libros?, buena estrategia, pero no funcionó). Después me invitó a comer porque él tenía que irse a las 4 pm a unas entrevistas en radio y luego en televisión. Nos fuimos.
Caminamos hacia un restaurante griego y mientras lo hacíamos me contaba sobre su amistad con Pacheco y sus experiencias con Monsiváis y Fuentes, lo cual no me impresionó (si es lo que buscaba). Llegamos, pidió vino. Me preguntó si quería. Dije que sí. (La verdad es que no quería porque me conozco y sabía que con una copa iba a morir y así fue). Hablamos más, pero esta vez de ese tipo de temas que se hablan en las "citas" (hasta ese momento yo no había visto eso como una cita. Por lo visto él sí). Yo no sentía ningún tipo de conexión, sólo hablaba porque es lo que suelo hacer y escuchaba, porque también es lo que suelo hacer. Me pidió la mano, se la di, es decir, literalmente era sólo la mano, ¿qué podía pasar?

Continuará...
(Porque ya tengo sueño y debo levantarme temprano)


martes, 10 de marzo de 2015

Sin título

En un mundo paralelo, yo estoy contigo y tú conmigo, sin promesas, ni juramentos. Estamos porque queremos estar, sin ninguna otra complicación o compromiso.
En un mundo paralelo, las voces de tu mente no son calladas por besos, sino por esperanzas. Por un deseo sólido que nos mantiene de pie y dispuestos a seguir.
En un mundo paralelo, no existen víctimas, ni victimarios, porque los dos somos culpables de los hechos sinceros. Y en ese mismo mundo no me rechazarías, tomarías mis palabras y las convertirías en aves que vuelan libres, sin miedos, ni ataduras.
Esto de reprimir lo que quiero decir es tan complicado. Convertir los "me gustas" en cómo has estado y los besos en "¿qué harás hoy?".
Tengo miedo que el sentir se escape esperando tu respuesta.

---Un borrador más que tampoco quise publicar y que al igual que al anterior fue escrito desde enero, quedó inconcluso y no tiene caso dejarlo guardado.

Borradores

Hoy tenía ganas de escribir, qué, no sé. Hablar sobre ti, sobre mí, sobre nosotros, ¿existe un nosotros? En fin, supongo que puedo dejar que las palabras me lleven como suelo hacerlo (aunque eso puede ser peligroso), casi como una especie de escritura automática.
Con qué facilidad se pueden borrar las palabras aquí. Extraño mi diario, necesito comprar uno ya, esto de escribir en servilletas no es bueno. Escribir para mí es un íntimo encuentro entre la pluma, el papel y yo, ahí no se puede borrar, sólo tachar, dejando así el recuerdo de que algo estuvo escrito. Así es la vida no? Un continuo tache que por suerte o desgracia no se borra, se queda ahí, listo para gritar la cagaste, ¡la cagaste! Pero si lo pienso, es mucho más interesante leer algo que intentó ser borrado, me llena de curiosidad traer a mi mente el momento en el que lo quise quitar y entonces pienso y pienso e intento descifrar qué decía la palabra ahora rayoneada. A veces le atino, a veces sólo le doy vuelta a la página.
Por qué digo todo esto? No lo sé. Justo ahora hay una página en blanco. Debo decir que siempre me han dado miedo, es decir, enfrentarme a ese momento en el que tengo que escribir la primera palabra es bastante conflictivo. Para empezar saber qué género es el que voy a escribir, en teoría debería saberlo antes de comenzar, pero eso lo sé más bien ya que lo terminé. Cómo nos complicamos la vida, cómo me complico la vida, en lo personal no lo hago a propósito, sólo me sale, aunque creo que ya forma parte de mí y que sin esas complicaciones sería aburrido.  Me encanta dar mil vueltas, para siempre regresar a mi punto de inicio.
Hacía tanto que no me aventaba al vacío, me siento flotando dentro de esa hoja sin nada que me detenga realmente. Eso es bueno o malo? Quién dice qué es bueno y qué es malo? El corazón? Vaya estupidez! El cerebro?, la mente?, el cuerpo?, quién?, qué? Ausencia, esencia, presencia, dualidad, paradoja. Qué es eso que te da la seguridad de seguir?  Eso que te hace saber qué sí y qué no. El amor en todas sus facetas es una completa locura.

---Lo sé no dije nada, sólo un montón de frases sin sentido. Esto es sólo un borrador que se había quedado guardado e inconcluso en enero y nunca publiqué y que supongo que ahora ya no tiene caso seguir dejándolo en "borrador".

domingo, 1 de marzo de 2015

Feliz cumpleaños

En este momento no sé nada, todo de lo que estaba segura se fue. Estoy intentando vivir al día, sin preocuparme por lo que mañana pueda pasar, como si quisiera esperar lo inesperado, pero sé que no es así, sé que miento, me miento (incluso ahora estoy escribiendo sin ver el teclado, ni siquiera la pantalla, como si de esa forma me resultara una sorpresa  ver lo que escribí, como si lo hubiera escrito otro). Tengo tantas preguntas y ninguna respuesta cierta. ¿Qué es el amor?, ¿qué es la amistad?, ¿quién carajos soy?, parezco una estúpida adolescente existencialista de 17 años que empieza a explorar la vida.
 Hablaría del amor, pero... qué sentido tiene hablar de un tema que no conozco. Podría decir todas las ideas que tengo, pero estoy cansada de escribir sobre ideales. A quién le importan las ideas, en este lugar en que al parecer sólo importa lo tangible. Sin embargo, esto es una contradicción total cuando encontramos que vivimos en un mundo de frivolidades en el que se dice lo que no se siente y lo que verdaderamente se siente se calla. ¿Por qué? porque decir lo que sientes te vuelve vulnerable, presa del otro. Muy pocos saben qué hacer con los sentimientos del que está fuera de él. Así que no, sobre el amor guardaré silencio.
La amistad es diferente, de ella sí puedo hablar, aunque tampoco tengo buenas experiencias. Lo sé, exijo, exijo demasiado, tal vez porque siempre busco que den lo que doy, reciprocidad, punto. No es que yo sea perfecta, sólo busco a alguien que esté ahí incondicionalmente, que no me juzgue y sea capaz de escucharme en todo momento. Que me busque y que busque. ¿Para qué alguien a quien a pesar de que buscas nunca encuentras? Lo siento, quizá estoy sensible y eso es todo.
He dejado a tantas personas en mi camino, las he dejado conscientemente, con una total tranquilidad y no es que no me doliera, simplemente cuando tomo una decisión es definitiva (aunque no entiendo por qué ha habido personas a las que siempre vuelvo, ése es otro tema). Quizá por eso soy tan indecisa.
Debemos cerrar ciclos, realmente es uno de mis postulados de vida, pero... debo aceptar que no siempre lo he hecho, específicamente se me viene uno a la mente. Tal vez la tengo en mente porque justo hoy es su cumpleaños. Hace un año le regalé un disco y le escribí cosas como: "te quiero" y "eres mi mejor amiga", paradójicamente, unas semanas después, prácticamente dejamos de hablarnos, hasta que nos perdimos en el silencio. Soy una mujer que le gusta enfrentar, pero con ella fue diferente. Es una historia larga y con bastantes detalles que no tiene caso abordar, el punto es cómo una "gran amistad" se puede ir diluyendo en el tiempo, en general, cómo una relación se puede desgastar a tal punto que lo único que quedan son recuerdos y palabras no dichas.
Es posible que toda la primera parte haya sido un pretexto para terminar hablando de ti y de nuestra amistad que en teoría duraría toda la vida, pero que no fue capaz de soportar una pequeña adversidad. Es absurdo decir que incluso ahora me imagino llamándote y contándote todo lo que me ha pasado, ¿qué me dirías? Qué más da. Nos hemos perdido.

Sólo resta decir: Feliz cumpleaños.

viernes, 5 de diciembre de 2014

No te enamores

Me llegó un texto, me llegó de llegar y me llegó de que me hizo pensar en muchas cosas de mi vida sentimental. Es cierto, en el amor soy un asco. Ni siquiera recuerdo qué fue de la mujer que alguna vez sintió un amor bonito. Supongo que dejé que la fueran matando, lo sé, es mi culpa. 
Tenía tanto que quería escribir sobre esto, pero no encontraba las palabras, tampoco ahora las tengo, pero... lo intentaré. No soltaré aquí mis traumas, ésos se los dejo a mi almohada, a mis perras y a los espejos que suelen verme como reclamándome algo (aunque siempre que hacen eso los ignoro).
Mis amigas siempre me han dicho que le doy miedo a los hombres. Supongo que eso tiene mucho de cierto, al menos es la mejor explicación que he encontrado. Sólo un hombre me ha dicho de frente "me gustas, andemos", lo dijo tres veces y unas semanas después fingió demencia y dijo no recordarlo (agradezco haber dicho que NO las tres veces), todos los demás me lo han hecho saber por amigos o comentarios, nunca por ellos mismos.  

"No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe".... 

Y vaya que lo han llevado a cabo los hombres de mi vida. Aunque podría decir que más bien, ellos son cobardes, es decir, yo no hago absolutamente nada para asustarlos, no ando con un rifle por la calle y mi mamá no tiene cara de mala suegra.  

"No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma"...

Jamás he entendido si para andar con una persona debería parecer estúpida. Niña tonta, de esas que no hablan y sólo sonríen. O simplemente de las que tampoco sonríen, pero sí besan y tienen sexo sin compromiso. Al menos lo del sexo sin compromiso suena divertido. Pero ¿ser hueca?, ¿sin opinión propia?, sin esas opiniones que me han traído un sinfín de problemas, no veo mi vida así. 

"No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (ésas son las más peligrosas) o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música"...

Puedo mentirme a mí misma y decir que no me importa, que no me interesa nunca haber salido con un hombre formalmente y que en cambio, sí he tenido gran "pegue" con mujeres. Ellas, nosotras valoramos más el cerebro y una buena plática. 

"No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias. Una que no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo".

¿Política?, mucho, ¿rebelde? más. De hecho, espero que nunca muera mi lado "revolucionario". No, no es cuestión de juventud, es cuestión de consciencia y ruego  poder inculcarle esto a mis hijos y salir a marchar con ellos algún día (si es que tengo hijos, porque al paso que voy...) ¿Complejos?, un montón, ¿qué mujer no los tiene?, sin embargo, a mi favor diré que por primera vez en mi vida me gusta lo que veo, me gusta quien soy (con todo y esos complejos). 

"No te enamores de una mujer intensa, lúdica, lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así, porque cuando te enamoras de una mujer como ésa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, jamás se regresa". (Martha Rivera).

No, esto no es mi propia apología de por qué sí deberías enamorarte de mí, ni siquiera me disculpo conmigo misma. Puedo consolarme diciendo que algún día llegará aquél que en vez de espantarse y salir corriendo, decida caminar junto a mis demonios. Lo sé soy bastante exigente (también lo dicen mis amigas) y sí, seguramente también por eso estoy sola, pero tampoco me veo saliendo con el primero que me dice "te invito una cerveza", ¡carajo!, ni siquiera me gusta la cerveza.  Quizá la cobarde sea yo, no lo sé, tal vez algún día yo también me atreva a hablar y decir lo que siento. En fin, soy un cúmulo de drama, locura y una que otra lectura. 

Luego de esto, es más que obvio por qué no se enamoran de mí.