domingo, 9 de agosto de 2015

Musicómetro

No he dejado de escuchar una canción. Es una de esas canciones que cada vez que suena, hace que lleguen a tu mente los mismos recuerdos y al mismo tiempo ninguno. Como si la música pudiera callar las voces de mi cabeza y las letras llenar los vacíos. 
  Siempre me ha gustado pensar que la vida tiene su propio soundtrack y que cada canción es especial. Es por ello que hay que tener mucho cuidado en las canciones que dedicamos y a quién se las dedicamos, porque eso determinará la emoción que se tendrá al momento de escucharlas. Es horrible cuando "echas a perder" una canción, porque cuando la quieres volver a poner  todo sale mal y terminas quitándola. Por suerte la que he estado escuchando no la dediqué, no hubo tiempo, aunque honestamente no sé si eso sea peor. 
   La música me mide, a través de ella las personas que me conocen saben qué tan alegre o deprimida estoy, así que cuando mi día está en silencio, no es buena señal. También debo decir que para mí, la música es mi mejor terapeuta, la que siempre me ha sacado de todas mis tristezas (suelo tener la canción perfecta para el momento que estoy viviendo). 
   No sé por qué estoy hablando de la música, es decir, para mí es muy importante, pero ésta no era mi intención. Supongo que es porque estoy cansada de escribir sobre personas que me han lastimado (o porque ya no sé ni qué escribir sobre ellas), quizá sea hora de hablar sobre aquéllos que han hecho cosas lindas por mí y que por motivos que desconozco yo no los quise. En fin, eso es tema de una próxima entrada, por ahora sólo diré... no, ya no diré nada. Hoy habrá silencio, pero seguro mañana vuelvo a cantar. 

https://www.youtube.com/watch?v=PQlG1gznMBE